A LA VIRGEN DEL PINO, en su bajada
El viento se ha parado ante tu templo,
para mirarte, Madre, bajar del cielo;
y se arrodilla con fe para ofrecerte,
el celestial aroma del incienso.
El viento canturrea entre los pinos
acariciando matojos y retamas;
como todos, él se siente peregrino
y extasiado contempla tu bajada.
No se aleja el viento de Teror,
vestido está de aromas de romero;
para tí Madre, su más bella flor:
azucenas, tomillo y limonero,
ha tejido este viento un mantoncillo
que te ofrece con brisas de oración.
El viento perezoso se ha quedado,
escondido tras las columnas del templo,
y al verte Madre con tu pueblo,
silencioso inicia su regreso.
En la cálida noche perfumada,
cantando Ay Teror, Teror, Teror, se aleja el viento..
Pilar Gª DE COLORES C. 137
¡Qué bonito, Pilar, a pesar de lo que tienes encima, tienes el corazón libre para alabar a la Virgen. Tienes una fortaleza envidiable y ojalá que el Señor te compense con una vida feliz.
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